Postal paseo.
Fuente: Amics de Vinaròs
Antes de comenzar las obras del paseo marítimo, ejecutado por tramos en 1928, 1955, 1967 y 1995, la playa de Vinaròs llegaba prácticamente hasta la puerta de las casas que constituían la fachada marítima.
Muchas de estas casas pertenecían a los arrabales como el de Sant Pere, cuyo frente urbano fue derribado para dar lugar a las obras del paseo. Se trataba por tanto de un litoral que no mostraría ningún rasgo de artificialización hasta la construcción del puerto en 1860 y posteriormente del paseo.
La escala de estas casas de tipología tradicional era de una o dos alturas, haciendo que la torre de la iglesia arciprestral coronase el skyline marítimo desde todos los puntos de vista. Puede observarse también que las casas mantienen una coherencia a parte de formal y tipológica, también estílistica, predominando los acabados cromáticos en blanco.
Esto contrasta notablemente con la imagen urbana actual que a partir de la segunda mitad de los años 60 comenzó a constituirse con la construcción de las altas torres de apartamentos de gran impacto visual, y visibles a larga distancia, creando un gran contraste con las edificaciones preexistentes.
Esto ha supuesto la implantación de un nuevo paisaje urbano en el frente litoral totalmente diferenciado del núcleo urbano, y que sustituye al preexistente, configurando una nueva fachada marítima, perdiéndose así la continuidad paisajística y la relación entre la ciudad histórica y el litoral.